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Channel: DESPOBLADOS MEDIEVALES EN HUESCA
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ERMITA VIRGEN DEL CONGOST II DE CHIRIVETA

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                                     Situación de la ermita


Llegada a la ermita

Ábside

Otra vista diferente del ábside

                                              Interior


Hace unas semanas visité la ermita Virgen del Congost II de Chiriveta, llamada así para diferenciarla de la ermita Virgen del Congost situada a poco más de un kilómetro en línea recta de ésta. La mejor manera de llegar hasta ella es en canoa, ya que se sitúa a la salida del congosto de Montrebey, intentar llegar a ella a pie es una auténtica aventura.
Posiblemente a sido la ermita (junto a la de San Cristóbal, del despoblado de Ministerio) que más me costó localizar, dado que generalmente no utilizo GPS ni coordenadas. Siempre he preferido guiarme por mi intuición, con el apoyo de algunas notas y planos hechos por mí el día de antes, aún a riesgo de poder volver a casa de vacío, como ya me ha ocurrido en varias ocasiones.

Así llegué hasta la ermita: Dejé el coche en Chiriveta. La pista de inicio está bien, pero empeora progresivamente. De todas formas cuando llevas poco más de 2 kilómetros hay una inoportuna cadena y allí hubiera tenido que dejar el coche. Es allí cuando comienza el desnivel, en la cadena. No sé cuanto desnivel hay en total, mucho. Desde Chiriveta hasta Mongay hay unos 5200 metros, precisamente en Mongay, acaba la pista. Desde Mongay hasta la ermita hay unos 2300 metros, pero no hay camino ni senda evidente, o no supe encontrarlo. Hay que pasar unos campos de labor yermos hace años, saltando bancales, algunos bastante altos. También hay que salvar un cortado, un resbalón podría ser fatal. En cuanto tuve ocasión bajé a un barranco, con mucho cuidado pues la bajada era complicada, sabía que desembocaba a los pies de la ermita. El problema es que estaba helado, había que andar con cuidado, a pesar de la precaución con la que anduve hubo un par de culetazos en el hielo. Al final llegué al pantano y vi la ermita sobre un pequeño espolón, otra pequeña subida y listo… estaba en la ermita, una alegría inmensa, que felicidad!! 

Estos fueron mis tiempos, sin prisa, pero sin ninguna pausa. 

Salida desde Chiriveta 09:09 horas 
Llegada a la ermita 11.46 horas 
Salida de la ermita 12.28 horas 
Llegada a Chiriveta 14.39 horas 


La ermita en sí consta de una nave orientada al este finalizada en ábside semicircular. Centra el ábside un vano aspillerado de doble derrama. En el interior la maleza manda, todavía se advierte el arranque de la bóveda de horno que cubría el cilindro absidal. La puerta de acceso se situaba en el muro oeste.

Sin duda fue una excursión muy especial, una ermita a la que le tenía muchas ganas, un reto personal, un pequeño desafío. Era perfectamente consciente de que hasta esta ermita no había llegado mucha gente, al menos en las últimas décadas. Lugares como este te hacen sentir sensaciones especiales, indescriptibles, te hacen sentir un privilegiado, aunque realmente lo soy, ya que puedo sentir que las viejas piedras me hablan. Espero algún día, con más calma y ya conociendo el camino, pueda volver y disfrutar más tranquilamente de esta vieja ermita.



SAN MITIEL

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                                      San Mitiel, llegada

Puerta de acceso

Interior

Arco de medio punto, arranque

Vista noreste

Vista oeste


Encontramos las interesantísimas ruinas de la ermita de San Mitiel de Ayerbe sobre un cerro próximo al núcleo de Fontellas. Llegaremos hasta su falda por una pista de tierra que nace desde esta localidad. La subida al cerro deberemos de realizarla por donde creamos conveniente, pues no hay ninguna senda ni camino evidente para realizar la aproximación a la ermita. Es un lugar bastante cercano a Huesca, tenemos unos 20 minutos  hasta Fontellas y desde allí unos 40 minutos a pie; merece la pena visitarlo y conocerlo.
Una vez arriba, queda parte de una vieja torre islámica rectangular, con buenos sillares, algunos expertos la fechan en algún momento del siglo X. Desde el cerro se domina visualmente una buena cantidad de kilómetros, las vistas son magníficas, no es de extrañar que se construyera aquí la torre. 
La ermita se levantó después, aprovechando los sillares de la edificación primitiva. Se aprovecharon tres de los cuatro lienzos de la antigua torre para formar parte de la nueva cabecera del templo, los sillares son perfectamente reconocibles. La ermita en sí es un pequeño templo de una sola nave con cabecera recta con orientación norte. La puerta de acceso abre en el muro sur; lo más llamativo de esta es el arranque del arco de medio punto con su correspondiente imposta. Al interior, maleza por doquier.

VILLACAMPA (TORRE DEFENSIVA)

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                          Torre del despoblado de Villacampa

Lienzo sur, lado del campanario

Lado norte, antiguo acceso

Interior de la torre, puerta de acceso

Vista arriba, ya sin remate

Pequeño vano de ventilación

Interior de la iglesia

Villacampa es uno de los despoblados posiblemente más desconocidos de la zona de La Guarguera. Entre sus ruinas, destacan las de una vieja torre levantada para defender el lugar, según el profesor Adolfo Castán, es fechable en la segunda mitad del siglo XI. 
Su localización no es sencilla, pues está totalmente rodeada de pinos de repoblación que unido a una asfixiante capa de maleza hace que la torre no sea visible hasta que estemos prácticamente encima. A pesar de su lamentable estado, merece la pena acercarse y conocerla, es uno de esos edificios especiales, de los que te hacen sentir afortunado por haber llegado a tiempo para contemplarlo en pie, a pesar de las dificultades que entraña su visita. 
Se trata de una torre de planta cuadrada de tres pisos de altura, construida en sillarejo. Se accede a la misma por una pequeña puerta situada en el muro meridional, abierta con posterioridad. En su cara norte se encontraba el acceso original, situado a 1'65 metros del suelo, acceso a día de hoy cegado. La torre se remataba con un tejado a doble vertiente, tejado que yace derruido en el suelo. 
Con mucha posterioridad (siglo XVII), se construyó la iglesia unos metros al sur, aprovechando la torre para cumplir las funciones de campanario. En su cara sur se habilitaron dos huecos donde se situaron las campanas, hoy desaparecidas. La iglesia se encuentra en peor estado que la torre, tiene la cubierta derruida y el interior es una verdadera selva de maleza y escombros.
La torre merecería un poco de atención, de hecho está declarada Bien de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés.

PEÑA LUCÍA (TRAMACED)

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                                      Peña Lucía, conjunto

Tumba de bañera

Mechinales en una de las rocas

Gigantesca roca

Túnel de acceso

Interior de la cámara

Abertura superior

Otra de las rocas


Ya hace algún tiempo que quería dedicar unas líneas a la Peña Lucía de Tramaced, se sitúa en la partida de Los Cabezales, a la que se accede por la carretera de Fraella. Es una visita muy recomendable y muy cómoda, estamos hablando de unos 20 minutos en coche desde la ciudad de Huesca.
Encontramos tres grandes rocas, todas ellas con señales de haber sido ocupadas hace muchos siglos. Se trata de un conjunto que posiblemente albergara rituales relacionados con la fertilidad.
La primera roca que encontramos en la más amplia de las tres; tiene un cementerio altomedieval de tumbas de bañera en su parte superior. También encontramos restos de labras de la escalinata por la que se accedía antiguamente hasta los enterramientos.
No muy lejos de ella se sitúa la segunda roca, sin duda, el peñasco más interesante de los tres. Se trata de una roca en la que se excavó un estrecho túnel que va hacia la derecha, para luego girar a la izquierda; finalmente llega un punto en el que tenemos que elevarnos para entrar a la cámara, abierta también por arriba. Según Manuel Benito Moliner, la abertura superior"No parece tratarse, como en otros casos, de la reutilización de un silo cerealista, sino de la necesidad de evacuación de humos, ya que esta roca pudo ser utilizada como hospital de pobres o refugio de transeúntes". El propio Manuel Benito Moliner, hablando de estas dos rocas señalaba que "en una roca se nace, y en otra se muere".
La tercera de las rocas, la más pequeña, a pesar de estar muy erosionada tiene una clara forma fálica.


TOLOSANA

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                                             Vista aérea

Llegada a Tolosana

Ermita de San Ginés

Espedregales en los alrededores

Los Mallos de Riglos; contraluz


El reportaje que vais a leer a continuación tiene como protagonista un despoblado de origen medieval llamado Tolosana.
Tenemos que desplazarnos hasta la zona situada más al noroeste de la Hoya de Huesca. Partiremos del punto kilómetrico 42,8 de la carretera A-132, allí tomaremos una pista (en ocasiones cerrada con cadena) que asciende bruscamente hacia el barranco de Tolosana. Tras pasar por una finca particular y después de algo más de 2 kilómetros de ascensión, llegaremos al despoblado. A pie, tenemos unos 40 minutos todo en subida.
La primera cita documental que encontramos sobre Tolosana se remonta al año 938, cuando el rey navarro García Sánchez I confirma a los monjes de Leyre su derecho de propiedad sobre las décimas de varios pueblos, entre ellos Tolosana.
El poblado, parece que se abandonó en el siglo XIV; fue a raíz de la peste negra que asoló a toda Europa sin piedad ninguna.
El único edificio que se ha mantenido en pie con el paso de los siglos es la ermita de San Ginés; no obstante, junto a la ermita,  al lado de un espolón rocoso se encuentra abundante cerámica de cronología medieval. Rastreando la zona, también encontramos restos de estructuras y algunos espedregales aislados que posiblemente formaron parte del desaparecido núcleo.
La ermita de San Ginés (San Chinés) es de origen medieval, aunque está muy modificada. En un edificio de una sola nave de planta rectangular, con cabecera recta orientada al este con ligera desviación sur. La puerta de acceso en arco de medio punto dovelado, descentrada, abre en el muro sur.

LA TORRAZA DE ESCUER

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La Torraza 

Numerosas aspilleras

Escaleras de acceso

Bóveda de cañón

Capilla de Santiago

                                           Interior de la capilla

El reportaje de hoy tiene como protagonista la Torraza de Escuer, en mi opinión, una de las joyas que encontramos dentro de la comarca del Alto Gállego. Se sitúa en un emplazamiento casi inexpugnable, junto a la torre del Moro de Lárrede forma parte del sistema defensivo de la zona del media del Gállego.
La torre se levantó en el último siglo de lo conocemos como la Edad Media (s. XV), aunque fue ampliamente remodelada en el siglo XVI. Originalmente tenía cinco plantas y dos puertas de acceso, uno desde la calle y otro elevado mediante escalera de madera.
La totalidad del recinto está amurallado, una pequeña capilla cierra una parte del flanco sur. Destacan la gran cantidad de finas aspilleras que encontramos en todos sus muros, alguna de ellas cruciforme.
De la iluminación se ocupaban varios vanos abiertos en las fachadas oeste y sur, destacando uno de ellos geminado.
La reforma que antes comenté, la del siglo XVI, consistió (entre otras cosas) en la construcción en el interior de la torre de varias bóvedas de cañón, lo que produjo que las plantas se redujeran de cinco a tres. Además, el desarrollo de las bóvedas hizo que varias de las aspilleras quedaran inutilizadas.
A escasos cinco metros de la torre se sitúa la capilla de Santiago, originalmente sólo tenía acceso desde el interior del recinto. En alguna reforma posterior, se le tabicó la puerta de acceso y se abrió la ahora existente, por el sur. La ermita perdió la cubierta hace muchos años, aunque, al igual que la torre, está bien consolidada. Y es que a pesar de estar situada en despoblado, merece la pena conservar el conjunto.

SERUÉ (RUINAS DEL MONASTERIO DE SAN SALVADOR)

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                                  Ubicación del monasterio

Vestigios de la ermita

Muros de sillarejo

Edificio adosado a la ermita

Sillarejos por tapizados por el musgo

Posible dovela o jamba

Hoy vamos a visitar unas ruinas, imagino que desconocidas para la mayoría, que encontramos en la cima de la montaña que se sitúa al norte de Serué, dentro de los límites de la comarca del Alto Gállego.
No hay mucha información sobre estas ruinas, además del libro "Geografía Medieval de Serrablo"de mi amigo José Miguel Navarro, no es fácil encontrar información sobre este lugar.
Si preguntas en Serué te explican que allí, en todo lo alto, quedan restos de una ermita (San Salvador) a la que subían en romería los pueblos de Layés y Serué. Pues bien, en realidad son las ruinas de un pequeño monasterio documentado ya en época medieval, como veremos a continuación.
Hay varios documentos del monasterio de San Juan de la Peña, uno del año 1179 y otro de 1245, donde se cita el monasterio de San Salvador de Serué. Concretamente se mencionan un buen número de posesiones que el monasterio tenía o había tenido en épocas anteriores. También es citado en sus escritos por Ubieto Arteta o el padre Marton. Evidentemente fue un monasterio pequeño y de escasa relevancia.
Para llegar hasta estas ruinas, una vez en Serué, hay que tomar una pista que parte en dirección norte que se dirige hasta la falta de la montaña que debemos subir. Una vez allí, nos espera una fuerte ascensión de unos 30-35 minutos. Tras la subida, una vez en la divisoria, se llega a un falso llano rodeado de árboles y maleza; es allí donde tenemos que buscar los vestigios del monasterio.
Quedan las plantas de dos edificios rectangulares semiengullidos por la maleza, por el musgo, y por los propios escombros producidos por los derrumbes. Los muros son de sillarejo, de unos 70 cm de grosor. La ermita de San Salvador (antigua iglesia) tenía planta rectangular y testero plano.
El paseo desde Serué hasta el monasterio de San Salvador es magnífico, las vistas desde la divisoria son espectaculares y las ruinas del monasterio, una delicia para los amantes de las viejas piedras.

URBÁN (DESPOBLADO Y ERMITA)

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Llegada a Urbán

Situación de las ruinas de la ermita

Ermita de Nuestra Señora

Cabecera

Restos de maderos del coro

Vestigios del despoblado

Por medio de este reportaje vamos a conocer uno de los despoblados medievales más recónditos y posiblemente de acceso más complejo del Pirineo. Se sitúa en la caída occidental del puerto de Gillué; allí encontramos los vestigios de un despoblado llamado Urbán bajo una cresta caliza a 1.400 metros de altitud. Una vez amortado, se las repartieron los pueblos de Gillué y Cañardo.
Lo que sí sabemos es que a finales del siglo XIX todavía había una casa habitada, casa que cumplía las funciones de pardina. En el censo del año 1890 aparecen censadas tres personas: Inocencio Nasarre, Miguel Nasarre y Francisco Salomón. Llama la atención que los tres eran varones, pero hay que tener en cuenta que en este tipo de censos de la época sólo aparecían citados los varones mayores de 25 años. Hay que pensar pues, que al no aparecer censadas ni las mujeres ni los niños, posiblemente la población de Urbán fuera de 5 o 6 personas.
Lo que hoy vemos son varios montones de espedregales y algunos muros que todavía aguantan en pie desafiando la ley de la gravedad. Los vestigios del despoblado son evidentes, no hay lugar a la duda.
Lo más destacado son las ruinas de una ermita levantada en el siglo XVII bajo la advocación de Nuestra Señora. Se alza en todo lo alto de la cresta caliza que domina la zona. Es un templo de una nave, con planta rectangular y cabecera plana orientada al este. Sus medidas son 8.40 x 3.20 metros. La puerta de acceso abre al sur. Queda vestigio del coro, que se situaba en alto en la zona de los pies. 
Otro dato que conocemos es que la romería se celebraba durante el mes de mayo; acudían vecinos de los pueblos de Gillué, Laguarta, Fablo y Cañardo.
Por si hay algún interesado en llegar hasta este lugar, comentar que la mejor manera de llegar es desde el despoblado de Cañardo, muy cerca de Laguarta. En total tenemos unos 15.5 kilómetros (ida y vuelta); el mayor problema es que hay que salvar un desnivel de 830 metros. Una buena parte del recorrido se hace siguiendo la pista que nace en Cañardo en dirección norte; pista intransitable para cualquier tipo de vehículo conforme va ganando altura. En lo alto del puerto abandonaremos la pista, y es allí, donde es muy importante el GPS y las coordenadas; lo digo principalmente porque el último tramo es una zona muy vestida por la vegetación, y también porque la senda está practicamente desaparecida, y desde allí no se divisa la ermita y mucho menos el despoblado, no teniendo ninguna referencia visual de nuestro objetivo.

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ARCOS (COSTEAN)

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                                     Ubicación de la ermita

Zócalo y arranque de los muros 

Muro occidental

Vista sur

Interior; muro norte

Interior; vanos gemelos

El reportaje de hoy tiene como protagonista a la ermita (antiguo convento) de Nuestra Señora de los Arcos de Costean. Estamos ante unas ruinas bastante desconocidas, al menos lo son para la mayoría de la gente de fuera de la zona.
Se sitúa sobre un pequeño bosquecillo de encinas no muy lejos de la carretera del canal que enlaza los pueblos de Cregenzán y Costean. Llegar hasta ella no es complicado, si bien, por un error en los mapas que yo llevaba me costó un buen rato localizarla.
Fue una ermita de origen medieval, transformada en el siglo XVI en convento. Sabemos que en el año 1584 los marqueses de Coscojuela (señores de Costean) Matías de Moncayo y Leonor de Cis, fundan sobre la ermita el convento de los Agustinos calzados. También sabemos que su primer prior fue Fr. Matías Galbán. Posteriormente, (año 1689) el obispo López Urraca construyó el claustro. Años después, se amplió la iglesia con la construcción de una capilla dedicada al Santo Cristo.
Otro dato interesante es que el primer nombre de la ermita fue La Virgen de Quercus, en referencia a una encina donde según cuenta una leyenda dos caminantes encontraron la imagen de la Virgen junto al tronco del árbol. En algún momento indeterminado la ermita cambió el nombre por el de Nuestra Señora de los Arcos.
A día de hoy queda en pie la totalidad del zócalo sobre el que se levantó la ermita. También queda una buena parte de los muros norte y oeste, así como algún fragmento del sur; son muros levantados con sillares y sillarejo. Precisamente en el muro occidental, queda vestigio de una ventanita con dos estrechos vanos gemelos. Al interior, mandan la maleza y los escombros a partes iguales.

PONFUERCAL

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Situación del despoblado

Cerro donde se sitúa

Llegada, primeros espedregales

Grandes amontonamientos de piedra

Amontonamiento de piedra con forma rectangular 

Caseta

Ubicación de la ermita de San Tornil desde Ponfuercal

Artieda visto desde el despoblado

Hace unos días trataba de localizar en las inmediaciones de Artieda los vestigios de una de las muchas ermitas con las que contaba esta población en la antigüedad. Además de la ermita de San Pedro (la única que queda en pie hoy), hubo ermitas dedicadas a: La Santa Cruz, La Virgen, San Lorenzo, San Babil, Santa Lucía y San Saturnino (San Tornil). 
Mientras estaba buscando vestigios de esta última ermita (San Tornil) junto a varias personas de Artieda, en el llamado cerro de San Tornil, una de las personas que me acompañaba me comentó la existencia de “muchas piedras” en otro cerro no excesivamente alejado al de la ermita. También me explicó, que llevaba al menos 15 o 20 años sin acercarse por allí; algo no muy extraño, pues el acceso es de todo menos cómodo de realizar. También me comentó que su nombre era PONFUERCAL. Después de cruzar un barranco y fajarnos con la maleza, llegamos a nuestro destino. Una vez allí, mi sorpresa fue mayúscula, principalmente porque se trataba de un despoblado medieval (o incluso pre-medieval) creo que indocumentado.
Ponfuercal se sitúa en todo lo alto de un cerro muy vestido por la vegetación que en algunos mapas viene citado con el nombre de: “el puntal de Mianos”; aproximadamente a medio camino de Artieda y Mianos.
Una vez allí, encontramos hasta cinco o seis amontonamientos de piedra en un corto radio de terreno, dos de ellos gigantescos. También había restos de una construcción, sin duda muy posterior, realizada con algunas de las piedras del despoblado; era una especie de “caseta de pastor”, con planta cuadrangular y pequeñas dimensiones, levantada posiblemente para resguardarse de la intemperie.
De la ermita de San Tornil no queda vestigio ninguno, eso sí, la ubicación parece clarísima; se situaba sobre un cerro dominante a escasos cinco minutos a pie del despoblado (cuando el terreno estaba desnudo). De todas formas, no parece que la ermita de San Tornil guardara relación con el despoblado de Ponfuercal, ya que, estaba bastante alejada para formar parte de éste.
Sobre el nombre de Ponfuercal, mi amigo Ricardo Mur, experto en toponimia, me apuntaba: ”Ponfuercal como topónimo me remite a puente (PON), sobre o junto a la desembocadura de dos barrancos (FUERCAL) o Forcal o Forcallo”.

CLARACO (POSIBLES VESTIGIOS DE SU PARROQUIAL)

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Despoblado de Claraco

Posibles vestigios de la parroquial

Muro meridional
 
Sillarejos

Vano aspillera



Claraco fue una pequeña población medieval deshabitada hace muchos siglos que estaba situada entre el fuerte de Rapitán de Jaca y Bergosa.
Hace algo más de dos de años, aprovechando unas imágenes de mí amigo y compañero de caminatas Miguel Barrutia ya dediqué un reportaje a Claraco en el blog de medievales.
Autores como Ubieto Arteta o Ricardo Mur, citan este núcleo en sus trabajos. En mi opinión, por la cantidad y tamaño de los “espedregales” Claraco debió de ser un lugar de dos o incluso tres fuegos.
Hace unas semanas fuimos de nuevo a Claraco a intentar localizar los posibles vestigios de su iglesia parroquial; evidentemente, si hablamos de la Edad Media, en cualquier núcleo de población por pequeño que fuera era imprescindible un templo.
Miguel ya me había comentado que en la primera visita que él realizó le llamo la atención un gran amontonamiento de sillarejos, con un posible vano aspillera medio tapado por los escombros. Fue él el que me puso sobre la pista de que ese gran “espedregal”, podría tratarse de un edificio notable.
Como acabo de comentar, el edificio está prácticamente colmatado por la tierra y por sus propios escombros, por lo que la identificación no es nada sencilla. Por el aparejo de los sillares y la dimensión tiene todo el aspecto de que estamos ante la parroquial.
Centrándonos en el edificio, comentar que sus medidas aproximadas son 11 x 4 metros. La cabecera (de la que no queda vestigio alguno), estaría perfectamente orientada al sol naciente. El único tramo que queda a la vista es un fragmento del muro meridional y una buena parte de la zona de los pies. Después de levantar algunas piedras quedó al descubierto una parte de lo que parece un fino vano aspillera. 

Todo apunta a que estamos ante los posibles vestigios de la iglesia parroquial del despoblado medieval de Claraco. Unas ruinas (creo) que inéditas hasta la fecha, de una iglesia que no tuvo la misma suerte que otras como las de Abós o Atrosillo, también medievales, situadas en los alrededores, y que han conseguido llegar hasta nuestros días en ruina, pero con un aspecto bastante más digno.

(06-04-16) Cristian Laglera


PEBREDO (VESTIGIOS DE LA FORTIFICACIÓN)

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 * Pica en las fotografías para verlas ampliadas


                                 Situación de la fortificación

Vista aérea

Llegada a la colina

Sillares

Vestigios de la fortificación

Uno de los sillares que hay ladera abajo


Para comprender el reportaje de hoy (una vez más) es necesario dejar un volar un poquito la imaginación. Lo digo principalmente porque es mucho más lo que tienes que imaginar que lo que vas a ver en las fotografías.
Son escasos los vestigios que a día de hoy podemos contemplar de esta vieja fortificación, situada en la llamada "finca de Pebredo", pero no por ello son menos interesantes.
Se sitúan sobre una pequeña colina a unos dos kilómetros al norte del pantano de Valdabra. Para los que no lo conozcáis, comentar que éste pantano se localiza a unos siete kilómetros al sur de la ciudad de Huesca; tiene acceso por diferentes caminos de tierra, generalmente son pistas en buen estado aptas para todo tipo de vehículos. El último tramo (unos 500 metros) tenemos que realizarlo a pie.
Una vez llegados a lo alto de la cima se aprecia perfectamente el hundimiento del terreno, ya que es perfectamente visible. Sus medidas aproximadas son 8 x 4 metros.
Lo más destacado son los sillares (enormes) alineados a soga en su costado meridional. Sus medidas son 39 x 58 cm, variando dos o tres centímetros unos de otros. Aunque se aprecian perfectamente, los sillares están totalmente colmatados por la maleza, complicando en exceso la toma de fotografías.
En la falda del cerro también encontramos algún sillar esparcido, así como diferentes fragmentos cerámicos.
Según (A.R.C.A.), puede que inicialmente fuera un asentamiento musulmán, aunque la fortificación tiene todo el aspecto de ser cristiana.

PUIYÉQUEDA

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                        Cerro donde estaba situado Puiyéqueda

Llegada al despoblado con Gratal al fondo

Piedras con señales

Enterramientos

Tumbas "tipo bañera"

Tumba de lajas


Este pasado mes de mayo visité el despoblado de Puiyéqueda, uno de los muchos despoblados medievales que encontramos en las inmediaciones de la ciudad de Huesca.
Se localiza a unos 2.5 kilómetros de Yequeda, al otro lado de la autovía. Es accesible por una aceptable pista de tierra que nace en dirección noreste desde el cementerio de esta localidad; de todas formas, a pie, no nos llevará más de 20 minutos de agradable paseo por una zona de campos de cereal.
Del despoblado de Puiyéqueda apenas quedan señales; se situaba en todo lo alto de un destacado montículo visible desde bastante distancia. Además de alguna piedra marcada y algunos mechinales, a día de hoy, lo más destacado son media docena de tumbas antropomorfas “tipo bañera” excavadas en la roca.
Además de los escasos vestigios del despoblado de Puiyéqueda, en un tozal situado a poniente de éste, hay restos de lo que debió ser una cantera de sillares de piedra, y en todo lo alto del tozal, una tumba de lajas bien conservada.
Vicente Baldellou, en el libro “Huesca, historia de una ciudad” (1990), incluye Puiyéqueda entre los emplazamientos existentes en los alrededores de la ciudad de Huesca en las edades de Bronce y Hierro.
Otro autor, en este caso el poeta (y amigo) José Mariano Seral Escario, también le dedicó un magnífico artículo en el Diario del AltoAragón.

SANTA MARÍA DE ARRASUL (VESTIGIOS DEL MONASTERIO)

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                       El valle de Acumuer desde el monasterio

Ubicación exacta de las ruinas

Ruinas de la iglesia

Sillarejos

Pequeña caseta

Hace unos días visité los escasos vestigios del monasterio de Santa María de Arrasul, situado en pleno corazón del valle de Acumuer, a poco más de un kilómetro en línea recta al sureste de Isín.
Estos restos fueron descubiertos en el año 1999, gracias a la pervivencia del topónimo "Pardina de Arrasul" en el valle antes citado.
La documentación de San Juan de la Peña apunta a que fue un cenobio de fundación particular, así como que pertenecía a la familia del señor Jimeno Sanchones de Sabiñánigo a principios del siglo XII. Ya posteriormente, en el año 1620, el abad Briz cita a Santa María de Arrasul como un antiguo monasterio dependiente de San Juan de la Peña.
A día de hoy, apenas quedan en pie algunos restos de lo que fue la iglesia del pequeño monasterio. Es un edificio de una sola nave con planta trapezoidal, de algo más de 7 metros de largo. Se construyó en sillarejo; algunos expertos lo fechan en el primer tercio del siglo XI. La puerta de ingreso abre en el muro oeste.
Ya en época moderna, se aprovecho su muro norte para levantar una pequeña caseta (tipo borda), que todavía se mantiene en pie.
También hay que mencionar que al este de la iglesia encontramos varios amontonamientos de piedras de tamaño considerable.
De no conocer el terreno, dar con los restos del monasterio, no es sencillo. Desde Sabiñánigo tenemos que dirigirnos hacia el valle de Acumuer en dirección a Larrés. Una vez rebasado el desvío de Isín, nada más pasar el puente que cruza el río, nace una intransitable pista a nuestra derecha. Dejaremos el coche donde podamos e iniciaremos el recorrido a pie. Cuando llevemos unos 700 metros recorridos pasaremos por una pequeña praderita y poco después, la clave es un giro brusco de la pista en dirección norte; es justo allí, emboscados a nuestra derecha, donde se sitúan los vestigios de la iglesia.

LA LLECINA (TORRE DEFENSIVA)

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                                       Torre de La Llecina

Muro sur

Lado este

Interior


Dentro del diseminado (y casi despoblado) término de Mont de Roda encontramos una buena cantidad de edificaciones de gran interés: casas fuertes, capillas, peirones, pozos, o como veremos en el reportaje de hoy, una magnífica torre defensiva reconvertida en vivienda posteriormente.
Se trata de una antigua fortificación fechable en el siglo XVI situada en el diminuto despoblado de La Llecina.
La única manera de llegar hasta este interesante lugar es a pie. La mejor opción es llegar hasta casa La Roca  en coche; esta vivienda se sitúa en el kilómetro 18 de la carretera A-1605, carretera que desde Graus sube en dirección a Roda de Isábena. La Llecina se sitúa a algo menos de un kilómetro al este de casa La Roca. Como diría mi buen amigo Antonio García Omedes el último tramo lo realizaremos: "por donde Dios te haga entender".
La torre se sitúa dentro de un recinto amurallado, lugar en el que también encontramos las ruinas de una pequeña ermita románica dedicada a San Juan Bautista. La torre ha perdido completamente su muro oeste, quedando una buena parte de sus lados norte y sur; por contra, el muro este se conserva íntegro. Tiene planta rectangular y sus medidas son 4,50 x 4,06 metros. Sus muros tienen casi 60 centímetros de espesor. Hay que destacar las ventanas adinteladas de su lienzo este así como algún vano aspillera que observamos en los muros que todavía se mantienen en pie.
Dado su interés, la torre es un monumento BIC (Bien de Interés Cultural) en virtud de la Ley 3/1999, del 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés. También está incluida dentro de La Lista Roja de patrimonio de la asociación Hispania Nostra.

VESTIGIOS DE LA ERMITA DE SANTA JULIANA DE EMBÚN

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Vestigios de la ermita de Santa Juliana

Posible vano

Restos de la ermita en el río

Río Aragón Subordán

Entre Embún y Javierregay, muy cerca del río Aragón Subordán, todavía son visibles los restos de una antigua ermita inédita dedicada a Santa Juliana.
Mateo Suman, fraile del convento de la Victoria de Zaragoza, en su obra de 1802 "Apuntes para el Diccionario Geográfico del Reino de Aragón, Partido de las Cinco Villas" editado por la Institución Fernando el Católico, dice en la página 233 sobre esta ermita: “Se sitúa a orillas del río Aragón Subordán y a su izquierda, a media hora de Embún, y en el término de Santa Juliana, en un llano, se conserva la ermita de esta santa virgen y mártir. Es toda de piedra. Se dice que hubo aquí un monasterio de monjas Benitas, sujetas al monasterio de san Julián de Navasal”. Además de todo esto, añade: “Muchas veces he pasado por esta ermita y me parece de fábrica muy semejante a la de algunas iglesias de monasterios Benedictinos antiguos de nuestras montañas”. 
Pues bien, con estas pistas marché hace un par de fines de semana a Embún a tratar de localizarla. En el pueblo no obtuve mucha ayuda, quizá es que no supe dar con las personas adecuadas. Finalmente, dado que las márgenes estaban impracticables decidí meterme en el cauce del río y finalmente, tras un rato caminando, di con las ruinas a escasos metros del río, practicamente en el mismo borde pero en alto.
Después de fotografiar las ruinas y con un poco de fortuna, lo reconozco, pude contactar con los dueños de las tierras donde están situados estos vestigios, que me confirmaron que estaba ante las ruinas de la ermita pero que ellos la llamaban: “el monasterio de Santa Juliana”.
Sobre la ermita comentar que apenas quedan unos menguados restos que confirman su existencia. Quedan restos de un muro levantado en sillarejo, con un posible vano medio colmatado por la tierra y la maleza. El aparejo es de bastante calidad, he consultado con algunos amigos expertos en el tema y con todas las reservas, parece obra Alto Medieval.
Es cuestión de tiempo que los pocos restos que se mantienen en pie desaparezcan, pues el río va ganando lentamente el terreno a la orilla y la ermita se está desprendiendo poco a poco hacia el cauce del río. Pocos restos pero los suficientes para dejar constancia por escrito de esta desconocida ermita.



TORRE FUERTE DE ABENILLA

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Torre fuerte de Abenilla


Reconozco que la torre fuerte de Abenilla es uno de los edificios por los que siento especial predilección. Son ya varias las visitas que he realizado a este despoblado con la intención de documentar los estragos que el paso del tiempo está haciendo en ella.
Hace unos años (marzo de 2013) envié las fotografías y la documentación necesaria para incluirla en la "Lista Roja" de la asociación Hispania Nostra.

http://listarojapatrimonio.org/ficha/torre_de_abenilla

La torre data del siglo XVI; está adosada al muro norte de la iglesia parroquial de San Martín. Cuando la torre perdió la utilidad para lo que en origen fue concebida, se aprovechó como basamento para levantar sobre ella el campanario de la nueva iglesia (s. XVIII).
La torre tiene planta trapezoidal y cuatro plantas, levantando unos 17 metros de altura. El acceso a la planta inferior se realizaba mediante una pequeña puerta adintelada que permanece tapiada desde finales de los años treinta. Las diferentes aspilleras existentes en la torre ponen de manifiesto la clara vocación original de fortaleza defensiva.

Viendo como se han desarrollado los acontecimientos se puede decir que de poco sirvió su inclusión en la "Lista Roja". Su estado de ruina progresiva y su ubicación en despoblado hacen presagiar un futuro poco halagüeño para este interesante edificio. Solo un milagro puede salvarla.


* Imágenes de Cristian Laglera e ilustraciones de José María Establés












ALMALECH

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Almalech; vista aérea

Roca de arenisca y sillares

Detalle del aparejo

Silo situado sobre la roca

Solar de posible edificio

Sillares del costado noroeste

Almalech o Armalé (como lo conocen en la zona) es uno más de los muchos despoblados medievales que salpican la geografía de la provincia de Huesca. Se localiza en la misma linde de las comarcas de la Hoya de Huesca y el Somontano de Barbastro, aunque pertenece a la primera de estas.
Fue uno de los núcleos de población dependientes de la abadía de Montearagón.
Sus vestigios se localizan muy cerca del río Alcanadre, en la margen opuesta al pueblo de Torres de Alcanadre, pero dentro del término de Salillas.
Si observamos la vista aérea (fotografía número 1) vemos un campo de regadío que lo riega un pivot sectorial. El poblado se localiza en la parte del círculo que se queda sin regar. Curiosamente, si recurrimos a viejos mapas (y no tan viejos) la zona en cuestión es citada con el nombre de "las iglesietas".
Una vez llegados a Almalech llamará nuestra atención una enorme piedra de arenisca sobre la que se ubicaba el fortín, con restos de la muralla y una cía en todo lo alto. Alrededor se la roca se localizan fácilmente varios sillares desperdigados al igual que ocurre si rastreamos el bosquecillo de carrascas que hay junto a la vieja fortificación.
De todas formas, lo que más me llamó la atención fue un solar de buenas dimensiones situado a unos 30 metros de la fortificación. Sus medidas aproximadas son 10 x 6 metros. Queda la primera hilada de sillares perfectamente alineados de sus muros norte y oeste. Quizá se trate del solar de su desaparecida iglesia, o quizá lo fuera de algún edificio notable.

FUERTE VENTORRILLO

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                                         Llegada desde Martes

Vista sur

Costado occidental

Vista noroeste

Planta según Adolfo Castán


Se sitúa en una hondonada aproximadamente a medio camino de las localidades de Berdún y Martes, a escasos metros del puente que pasa sobre el río Aragón. La carretera HUV-5821 que enlaza las dos poblaciones pasa junto a la fortificación. 
Se construyó a finales del siglo XVI y su misión principal (y quizá única) fue ejercer control sobre el paso del río. 
El aparejo utilizado en la obra es mampostería, presentando sus muros un grosor de 0´60-0´70 metros. 
Tiene planta aproximadamente rectangular y dos torres cilíndricas dispuestas en diagonal. Cuenta también con numerosas aspilleras (un total de 12) abiertas en sus diferentes costados y torreones que controlaban el camino y el puente. El torreón oeste cuenta con cuatro aspilleras y el este con un total de tres, las otras cinco se reparten en sus muros sur y este. Adjunto planta del profesor Adolfo Castán para que os hagáis una idea de como estaban repartidas.
El área interior no contaba con cubierta; parece más bien que se trata de un patio interior cerrado que actualmente está devorado por la maleza. 

CASTILLO DE PIEDRA PISADA

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                                           Ubicación del castillo

Afloramiento sobre el que estaba situado el castillo

Planicie de 30 x 9 metros

Muro de piedra sillar

La ermita de Santa Quiteria desde el castillo

Restos de muros a los pies del castillo


Se halla al sur de Naval, a unos 1300 metros en línea recta desde el pueblo. Hay una pista que nos dejará a los pies del castillo que sube en dirección a la ermita de Santa Quiteria.
Los escasos restos del castillo de Piedra Pisada (de posible origen islámico, siglos VIII-XI) se encuentran sobre un pequeño afloramiento rocoso situado junto a la ermita de Santa Quiteria.
Una vez arriba vemos que el cerro está coronado por una planicie de unos 30 metros de largo por 9 de ancho.
Se conserva un muro de piedra sillar de unos tres metros de largo, así como una plataforma rectangular excavada en la roca y algunos restos de amurallamiento.
Las vistas desde lo alto son magníficas, dominando visualmente una buena parte de extensión de terreno.
En la falda de la roca en la que se encuentran los restos del castillo hay restos murarios escondidos entre la selvática maleza.
Según la tradición oral, pertenecieron a un pequeño asentamiento al que también perteneció la ermita de Santa Quiteria. La ermita, que es fechable en el siglo XVI, fue levantada sobre otra anterior de origen románico, que se supone fue la parroquial del desaparecido asentamiento. Actualmente presenta una aspecto magnífico, siendo uno de los edificios más emblemáticos de los que encontramos dentro del término de Naval.
En los alrededores del castillo los musulmanes fueron derrotados por Sancho Ramírez en la llamada batalla de Pisa.
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